XXI Edición

Curso 2024 - 2025

Alejandro Quintana

El precio de la fama 

Blanca Troya, 14 años

Colegio La Vall (Barcelona)

Por primera vez se dio cuenta de lo feliz que era. No podía pedir más. Con el liviano peso de la guitarra sobre sus brazos y las luces apuntándole, entendió que su sueño se había hecho realidad, y lo mejor era que no lo estaba viviendo solo: sus amigos le acompañaban, compartiendo su éxito. La fama estaba a sus pies: miles de seguidores coreaban su nombre en cada concierto, las radios reproducían sin descanso sus canciones, y le entrevistaban una y otra vez. Tenía una familia que le protegía, salía con la chica que amaba y disfrutaba de la vida. Sin embargo, le angustiaba la idea de que aquella felicidad terminara demasiado pronto sin haber saboreado cada instante, que la vida se le escapara sin apenas darse cuenta. Temía que aquello que tanto había anhelado –el éxito y el reconocimiento– le transformaran en la persona que no quería ser. La fama se había vuelto su mayor contradicción. La quería, sí, pero también le asustaba, pues temía mirarse en el espejo y descubrir a un desconocido. Le abrumaba despertarse un día para encontrarse que no quedaba nada del joven soñador que sólo pretendía tocar la guitarra y escribir canciones con sus amigos.

Un estruendo de voces le sacó de su ensimismamiento. El público gritaba, impaciente. John y Ringo se situaron a su lado, listos para empezar. Una voz resonó detrás del telón, seguida de una ovación ensordecedora.

—Damas y caballeros... ¡Con todos ustedes, los Beatles!