XXI Edición
Curso 2024 - 2025
El poder de la oratoria
Gema Aparicio, 17 años
Colegio Altozano (Alicante)
Parece que fue ayer cuando comencé primero de bachillerato, y sin apenas darme cuenta, el curso está llegando a su fin. En un abrir y cerrar de ojos ha transcurrido el año académico, a pesar de haber sido muy intenso, y se cruzan en mi interior sentimientos encontrados: por un lado, las ansias de volar para enfrentarme a nuevos retos; por otro, las fuertes raíces que ha dejado en mí la formación personal, espiritual y académica que me brinda el colegio, que pone a disposición de sus alumnos toda clase de proyectos para descubrir e impulsar sus habilidades, entre ellos la oratoria.
La oratoria, que nació como arte en Sicilia y se desarrolló en la antigua Grecia, tiene a Demóstenes como máximo representante. Esta disciplina ayuda a hablar en público y a superar el miedo escénico, mejora la expresión oral y facilita el desarrollo de las habilidades comunicativas. Pero la oratoria no consiste sólo en hablar; aunque suene contradictorio, se puede hablar mucho y no decir prácticamente nada. Por eso es algo más: consiste en hablar con elocuencia, en persuadir y mover el ánimo mediante el empleo de la palabra, en comunicar y transmitir ideas y sentimientos, con el fin de convencer a quien escucha.
Recuerdo, con cariño, una de mis primeras experiencias. Fue en quinto de primaria. Por sorteo, debíamos defender públicamente una profesión u oficio a desempeñar el día de mañana. Mi cara se convirtió en un poema cuando abrí el sobre que cogí al azar: “De mayor quiero ser… político”. Protesté porque me veía pequeña para semejante reto; hubiera preferido hablar de la profesión de mis padres, pero mi profesora me animó, diciéndome que yo era capaz de hacerlo.
Aquella experiencia me sirvió para entender el difícil arte de hablar en público. Además, como antes pude preparar mi intervención, conocí a importantes políticos de la historia y comprendí que la política debería ser la actividad más importante de los trabajos humanos, porque de sus acciones depende el destino y la vida no sólo de una ciudad o país, sino de la humanidad, ya que influye directamente en la vida de todas las personas.
La oratoria también está presente en otros ámbitos de la vida cotidiana, como la docencia, con la que se transmiten los conocimientos; como el canto, pues su intérprete debe recrear sobre el escenario un texto musicalizado; como la empresa, cuando el trabajador defiende ante sus superiores o sus compañeros un proyecto o los resultados que ha obtenido; y también cuando defendemos nuestra convicciones con pasión ante los demás.
Durante aquel ejercicio de oratoria que realicé en quinto de primaria, se me quedó grabada una de las frases más conocidas de Martin Luther King, político y orador, autor de discursos tan emotivos como “I have a dream” (“Tengo un sueño”), que trato de aplicar en mi día a día: “Si no puedes volar, corre; si no puedes correr, camina; si no puedes caminar, gatea. Hagas lo que hagas, siempre sigue hacia adelante”.