XIV Edición
Curso 2017 - 2018
Nuestros aliados del fondo
del armario
María Gámez, 15 años
Colegio Ayalde (Vizcaya)
El tacón: un objeto que, a nuestros ojos, ya de por sí lleva una connotación femenina y atrevida; que ha sido desde el principio de los tiempos uno de los mejores cómplices de la mujer, hasta la aparición de los podólogos, que empezaron a alertar de las deformaciones de los pies, las ampollas, el malestar, los juanetes... Según parece, la leyenda se ha acabado: los tacones no son tan aliados nuestros, pues nos ocasionan serios problemas.
El cuento de “Cenicienta” se saltó esos pequeños detalles o, quizás, al igual que muchas mujeres, ella también camufló su dolor con una sonrisa. Porque, como sabemos, «para lucir hay que sufrir». Esa es, probablemente, la mentalidad de todas las adictas a la altura que proporcionan los tacones. En esta moderna sociedad, todo tiene solución —al menos, eso es lo que nos hacen creer— y el maquillaje y los tacones son las varitas mágicas de las hadas madrinas de hoy, que se ocultan tras los nombres de modistas, estilistas y esteticistas. El caso es que vivimos en un eterno baile real, como si en cada esquina hubiera un príncipe juzgándonos y buscando a «la mejor».
Entonces aparecen los podólogos, genios que llegan desde un oficio infravalorado. Llegan con ansias de agrandar la letra pequeña y mostrarnos las consecuencias fatales que ocultan las revistas de moda. Pues que sepan cuanto antes que las mujeres, cuando ven que alguien les intenta separar de su mejor amigo, recurren a la vieja estrategia de no hacerles caso. Por eso yo también soy de aquellas que siempre llevan tiritas en el bolso y acaban la noche con los zapatos en la mano.
Pero, en un momento dado, me he planteado este misterio de otra manera: los tacones son simples accesorios, así que lo mejor es no llegar al extremo de convertirlos en una necesidad, y a la postre, en una esclavitud. Además, no son los únicos complementos estéticamente bonitos. ¿Qué mujer no dispone de unos zapatos planos, cómodos y espectaculares? Esos son nuestros verdaderos aliados, escondidos en el fondo del armario entre tanto tacón caro.