IV Edición
Curso 2007 - 2008
El libro, también es el mejor
amigo del hombre
Patricia Mendilibar, 14 años
Colegio Aura (Tarragona)
Me susurran historias al oído, confían en mí, explicándome todos sus secretos hasta que logro hacerlos míos. Huelen a tinta, a polvo. Otros, a novedad. Son los únicos con los que descanso. Es más, mi mente se traslada con ellos a países imaginarios, olvida los quehaceres y deberes diarios, derramo mis lágrimas sobre ellos, que me han visto reír y llorar, han oído palpitar mi corazón mientras la sala en la que estaba se fundía en un completo silencio. Son como el chupete que apaga el llanto de un niño.
Con ellos me traslado a un mundo en el que soy yo la protagonista y siempre tengo a mi lado a alguien que me ayuda a superar mis temores. Al leer estas líneas, suspiro. <<En numerosas ocasiones, lo que cuentan no ocurre en la realidad>>, pienso. Son mi refugio. Por eso, me escondo con ellos.
Cuando aparece algún nudo en mi garganta sólo ellos lo saben deshacer. Me miran, con unos ojos que no veo. Me oyen, con unos oídos que no conozco. Me comprenden con un corazón que no palpita. Abrigan también mis pensamientos cuando la tristeza me invade. Son una caja de Pandora: misteriosos, mágicos, profundos, divertidos... Me desvelan un secreto en cada página que paso. Son las sábanas de mis sentimientos, porque sólo ellos los saben ocultar.
Por todo esto, los considero como mis amigos más fieles, pues la amistad que compartimos es como la que muchos de ellos relatan en sus hojas.