IV Edición

Curso 2007 - 2008

Alejandro Quintana

¿Dónde esta la cola blanca?

María de las Peñas, 16 años

                   Colegio Alcazarén (Valladolid)  

Necesitaba pegar ya no recuerdo qué, cuando descubrí que el bote de cola no estaba en su sitio. Como es habitual en mi casa -somos muchos hermanos-, salí al pasillo y di una voz:

-¿Alguien sabe dónde está la cola blanca?

Aunque no esperaba una respuesta, las voces de Blanca y Carmencita respondieron al unísono:

-¡Sí!

-¿Y dónde está? –pregunté yo, sorprendida de hubiera sido escuchada.

-¡En el patio!

“¡Cómo no!”, pensé mientras me dirigía hacia su cuarto, “las pequeñas siempre recurren a lo más insólito, y al final las cosas se encuentran en cualquier lugar menos en el que corresponde, claro está”. Cuando llegué, les inquirí malhumorada:

-¿Y que hace la cola blanca en el patio?

-Siempre ha estado ahí -me contestaron.

No daba crédito a lo que estaba oyendo:

-¡Esto es el colmo! Y, ¿en qué parte del patio está, si puede saberse?

Me indignaba por momentos al tiempo que me las imaginaba jugando a “comiditas”, mezclando infinidad de hojas y tierra con el pegamento que yo tanto necesitaba.

-¡Pues en la fuente! ¿Dónde quieres que esté? –me contestaron al unísono.

Examinando sus caras sonrientes me percaté, al fin, de que me hablaban de un pez al que habían bautizado con el nombre de Cola Blanca. Me reí con ellas y me fui a mi habitación, donde reflexioné sobre lo ocurrido: en muchas ocasiones juzgamos por las apariencias, Creemos que tenemos razón y nuestra actitud ante otras personas puede ser muy injusta, como fue en mi caso. Antes de pensar mal de alguien debemos conocer la verdad y no precipitarnos a un vacío de suposiciones falsas y sin fundamento.