XIV Edición
Curso 2017 - 2018
De mangos izquierdos,
música y orejas
Silvia Marcé, 16 años
Colegio Ayalde (Bilbao)
El hombre esquivó a la cucaracha, que le sonrió amablemente y se metió por la alcantarilla antes de sacudirse las antenas, un poco molesta. A la alcantarilla las cucarachas no le gustaban nada, como ya le había comentado cuatro o cinco veces a la farola. Para el hombre, a su vez, el día iba de mal en peor, porque empezó a llover y las gotas de lluvia estaban especialmente charlatanas. Por si fuera poco, al paraguas no le daba la gana de abrirse porque se había levantado con el mango hacia la izquierda y estaba de mal humor.
Los zapatos se quejaron del suelo mojado, y solo por fastidiar, el suelo mojado se quejó de los zapatos. Además, la chaqueta de cuadros estaba enfadada porque la habían combinado con el pantalón de rayas mientras el sombrero de copa no dejaba de tararear melodías de Mozart. Y resulta que la puerta del edificio de enfrente era más de Beethoven que de Mozart, así que se puso a cantar «Para Elisa» a voz en grito.
Era un escándalo: todas las cosas tenían algo que decir y ninguna se detenía a escuchar. Tanto hablaban que el hombre no aguantó más, se arrancó las orejas de cuajo y las lanzó al suelo.
Estas no tardaron en entablar una conversación con los adoquines.