XX Edición

Curso 2023 - 2024

Alejandro Quintana

Zapatos 

Carlos de Andrés Martínez de Velasco, 15 años

Colegio El Vedat (Valencia)

Como desde que nací suelo heredar la ropa y el calzado, estrenar zapatos es algo extraordinario en mi vida. Y, a veces, un problema , sobre todo si se trata del par que tengo que llevar al colegio. En primer lugar, porque suelen estar duros y durante unos días me resultan incómodos, hasta que se ablandan. En segundo, porque la pulcritud de su piel nueva no suele pasar desapercibida a mis compañeros de clase, que tienen la mala costumbre de “estrenarlos” con un pisotón. 

Me doy cuenta de que los zapatos son elementos a los que no les dedicamos demasiada atención, aunque tengan una importancia sorprendente, ya que protegen nuestros pies, nos aportan estilo y, sobre todo, brindan mucha información sobre cada persona.

Cuando observo a otros adolescentes tiendo a fijarme en su calzado, ya que este me permite saber mucho sobre la persona con la que estoy tratando: si tiene buen gusto, si cuida y limpia sus cosas, si prefiere comodidad o estilo, si tiene dinero y lo gasta en caprichos, si prefiere zapatos duraderos, si trata de aparentar mediante el uso de imitaciones y muchas cosas más. Aunque suene insignificante, que alguien sea descuidado o trate bien sus pertenencias puede aplicarse a su manera de tratar a los demás, lo que es necesario conocer antes de entablar una relación de amistad o camaradería.

Loa zapatos también muestran la educación de las personas. Las hay descuidadas como yo, que llevan los zapatos inmaculados. En mi caso, siempre he tenido que limpiármelos. Además, si se me rompían por descuido, me tocaba pagarlos. Conozco otros chicos de educación impecable que cambiaban con frecuencia de calzado, siempre de marca, lo que demuestra que están acostumbradas al lujo o que vienen de familias a las que no les importaba comprar varios pares de zapatillas que apenas serán usadas.

A veces los detalles insignificantes son más importantes de lo que creemos, ya que, como dice el refrán, en la mesa y en el juego se conoce al caballero (referido a los modales). Por otra parte, debemos dedicarle más atención a nuestra imagen, pues no se trata de igual manera a quien viste de forma descuidada que a una persona que cuida su aspecto.

Y haré una confesión: para redactar este artículo me he quedado descalzo.