XX Edición

Curso 2023 - 2024

Alejandro Quintana

Legado en tinta y papel 

Ana Mas, 16 años

Colegio Altozano (Alicante)

"Jane Eyre", novela decimonónica que desborda sentimiento, se me reveló como una joya literaria inesperada. La primera vez que la abrí, me enfrenté a sus páginas con ciertas dudas. <<Es muy denso; no creo que me guste>>, pensé una vez leí un par de páginas. Estaba juzgando la obra de manera negativa, como solemos hacer muchos de los adolescentes respecto a los clásicos de la literatura, en este caso británica, sin sospechar que acabaría siendo mi novela favorita.

En este libro, la protagonista, Jane Eyre, una joven huérfana, valiente y apasionada, nos muestra cómo se enfrenta a numerosos desafíos y adversidades mientras busca su lugar en el mundo. A lo largo de la trama, Jane experimenta el amor, la pérdida y la búsqueda de sí misma, desafiando las expectativas sociales de la época victoriana. Jane es un reflejo de la vida de su autora, Charlotte Brönte, quién, al igual que la protagonista, tuvo una difícil infancia y lidió con muchos problemas durante su trabajo como institutriz.

La trama es cautivadora y los personajes están magníficamente desarrollados. La prosa exquisita de Charlotte Brönte me transportó a una época y a unas vivencias que, a pesar de la diferencia temporal y a mi rutina, resuenan de manera sorprendente en mi vida: al igual que Jane, todos nos hemos tenido que enfrentar desafíos y luchar por nuestra identidad en un mundo que a menudo impone restricciones, como los caprichosos cánones de belleza, las etiquetas, los prejuicios, etc.

Debemos dar una oportunidad a los clásicos de la literatura universal, pues son esenciales en la formación de cualquier persona que desee desarrollar un espíritu crítico. Estas obras nos conectan con siglos de pensamiento y creatividad. Además de enriquecer nuestro vocabulario, nos invitan a reflexionar sobre dilemas atemporales. Por ejemplo, en “La Celestina”, su autor, Fernando de Rojas, intenta prevenir a los jóvenes sobre los daños que causa el amor ciego, algo que hoy sigue asaltándonos. Leer este tipo de literatura es como conversar con los grandes escritores del pasado, y esta conversación enriquece nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos. 

Así como Jane Eyre desafía las expectativas de su época, nosotros podemos desafiar las percepciones preconcebidas y encontrar la sabiduría que esconden las páginas que resisten el paso del tiempo. Los clásicos deberían ser una de las bases fundamentales de nuestro desarrollo intelectual y emocional.