XX Edición

Curso 2023 - 2024

Alejandro Quintana

Las dos caras de
la misma moneda 

Javier Delgado, 15 años

Colegio Tabladilla (Sevilla)

Junto a mi mejor amigo he intentado conseguir una de las becas escolares que ofrece Amancio Ortega para estudiar fuera de nuestro país. Ambos somos buenos estudiantes, así que no tuvimos problema en pasar la primera fase, en la que valoraban con especial interés la media de la ESO de cada uno de los candidatos. 

Reconozco que nos tomamos este reto con una actitud distinta. Podría decirse que fuimos dos caras de la misma moneda. En su caso, se mostraba optimista, convencido en todo momento que iba a conseguir la beca. En el mío, no paré de repetirme una y otra vez que no iba a lograrlo. Mi amigo me insistía en que, con esa visión pesimista, seguro que no me premiaban. 

Llegó la prueba para evaluar nuestro nivel de inglés. Él la pasó. Yo, no. 

Mi amigo disfrutará el curso que viene de una estancia completa en Canadá, mientras yo permaneceré en Sevilla. En el fondo, el pesimismo me ha permitido excusarme, al no conseguir la beca, pues la decepción de este modo no ha sido tan grande. Si yo me empeñaba en decir que no iba a conseguirlo, cuando llegara el resultado negativo sería, a fin de cuentas, el esperado. Pero las cosas no han sido así: siento un inmenso coraje por no haberlo dado todo y por no haber sido, como mi amigo, optimista durante la espera.

Aún así, me alegro muchísimo por mi amigo Juan. El coraje que me embarga queda aliviado por la alegría de saber que él está feliz, y por el orgullo que me produce su logro. Gracias a mi amigo he aprendido una valiosa lección: aunque seamos la cara opuesta de la misma moneda, nuestro carácter se asemeja a la masa del pan: por muy deforme que se encuentre en la artesa, podemos amoldarla a nuestro gusto para obtener la forma deseada. Con el carácter debe ocurrir lo mismo: tenemos que dominarlo, amoldarlo a nuestra voluntad para, así, fortalecer nuestra personalidad.

Por todo esto, a partir de estas becas me he propuesto, ante cada reto, por muy fácil o difícil que se presente, transformar el pesimismo en un optimismo que me haga crecer.