XX Edición

Curso 2023 - 2024

Alejandro Quintana

El amor 

Yiting Chi, 17 años

Colegio IALE (Valencia)

El amor ha inspirado a incontables poetas y artistas a lo largo de los siglos. Es un viaje que va desde el titilar de las mariposas en el estómago de los primeros encuentros, a la comodidad apacible de una relación madura. 

La relación de mis padres ha influido en mi percepción del amor, pues es la primera historia romántica que he presenciado directamente. Aunque rara vez les escucho decir <<Te quiero>>, sé que se aman profundamente. Mi madre suele repetir: <<El amor es como un jardín que florece con atención y dedicación>>. 

Ellos demuestran su amor mutuo con gestos simples, con actos aparentemente insignificantes que, sin embargo, dotan de calidez al vínculo que les une. Observo a mi madre, cada mañana, cuando le prepara el desayuno a mi padre; a mi padre cuando vuelve de un supermercado específico con la bebida favorita de mi madre; escucho sus conversaciones en las que muestran un interés genuino por el otro, aunque traten asuntos banales… Estas pequeñas expresiones son como destellos de luz que iluminan el camino que emprendieron el día que se comprometieron, y me hacen recordar que la belleza de la vida, a menudo, se encuentra en lo que nos parece simple.

Así como las páginas de la historia amorosa de mis padres están salpicadas de momentos dulces, también hay riñas y desacuerdos entre ellos. El amor no es solo una melodía alegre a la que no cuesta seguirle el paso, sino también la habilidad de bailar juntos cuando la música se vuelve discordante. Los roces y reconciliaciones con las que construyen los años de un matrimonio me hacen entender que la autenticidad surge de la complejidad en la convivencia. Gracias a mi padres sé que para el amor es crucial la chispa de complicidad que veo en sus ojos cuando se miran, así como la conexión que mantienen y trasciende cualquier palabra. 

Más que una emoción, el amor es un faro que guía, un refugio que consuela y un catalizador que impulsa el crecimiento. En su simplicidad y en su complejidad, el amor no solo añade belleza a la vida sino que otorga significado a nuestra travesía por el universo. El amor nos revela la capacidad humana de encontrar lo divino en lo cotidiano.