XX Edición

Curso 2023 - 2024

Alejandro Quintana

Amistad 

Yiting Chi, 17 años

Colegio IALE (Valencia)

A veces me pregunto qué papel debe jugar un amigo en esta travesía efímera de la vida. Y me respondo: un amigo es el eco de nuestras alegrías, el refugio en nuestras tristezas y la chispa que ilumina los días oscuros.

En mi infancia tuve una amiga de la que era inseparable. Incluso compartíamos fecha de cumpleaños, y por tanto, también la tarta, ya que los celebrábamos juntas. A menudo bromeábamos al afirmar que éramos dos hermanas gemelas separadas al nacer. Pasábamos las horas charlando, riendo y compartiendo los mismos juegos en el parque que hay cerca de mi casa. Pero, a medida que crecimos las cosas comenzaron a cambiar. Me mudé de casa a otra zona de la ciudad y, poco a poco, nos distanciamos.

Comprendí que las amistades, como las estaciones del año, cambian con el tiempo. Al principio son como flores recién abiertas, llenas de color y fragancia, que nos envuelven en su calidez y nos ayudan a sentirnos vivos. Después, con el paso de los años, las amistades se transforman. Algunas se desvanecen lentamente, como las hojas que caen de los árboles en el otoño. Tomamos caminos diferentes y nuestras vidas dejan de entrelazarse. Aunque es triste dejar que la amistad se acabe, ese vacío nos abre espacio para nuevas conexiones humanas que nos permiten descubrir otras experiencias. 

Crecer es un proceso constante de cambio, un baile con el tiempo que nos transforma de oruga a capullo, y de este a mariposa. En esta danza, descubrimos que la amistad no está exenta de esa transformación: la niñez nos regala amigos que comparten juegos y secretos, y la complejidad de la adolescencia nos presenta nuevos desafíos: la dinámica de la amistad experimenta una metamorfosis. Si de niños coleccionábamos amigos como si fueran tesoros, en la vida adulta descubrimos la riqueza de la calidad sobre la cantidad. Los adultos, en su travesía, pueden no tener tantos amigos como los niños, pero sus conexiones se tornan más profundas, cinceladas por la experiencia y la autenticidad.

En cada etapa de la vida aprendemos lecciones valiosas sobre el amor, la lealtad y la importancia de nutrir nuestras relaciones con los demás. La amistad, después de todo, es la melodía que suaviza las asperezas del camino, un regalo que embellece el lienzo de la vida con la tinta indeleble del afecto.