XXI Edición

Curso 2024 - 2025

Alejandro Quintana

Bajo presión 

Juan Luis Cuñat, 16 años 

Colegio El Vedat (Valencia)

Acudí a una comida familiar que, una vez más, pareció un interrogatorio. No faltaron, por enésima vez, las inquisitivas preguntas de mi abuelo acerca de si quiero heredar su empresa. Para evitar responderle, le solté un par de frases con el propósito de desviar el tema y zanjar esa repetida encrucijada. Una vez acabado el almuerzo, me quedó la duda de si mi abuelo terminará por aceptar mi decisión de gobernar el futuro tal y como creo que debo hacerlo. Quiero que acepte que voy a dedicarme a la música, y espero que no me vuelvan a comparar con lo que hagan o dejen de hacer otras personas de mi edad.

En cuanto regresé a casa, me encerré en mi habitación para buscar información en internet acerca de los adolescentes y sus vocaciones profesionales. Para mi sorpresa, descubrí que no soy el único al que las personas que le quieren llegan a atosigarle para que renuncie a sus aspiraciones (en mi caso, artísticas). Son los familiares más cercanos quienes cercenan sus sueños, ejerciendo un abuso de superioridad. Aquello hizo que me creciera una inquietud que no pude resolver hasta un día más tarde. 

Eran las nueve de la mañana de un lunes cuando nuestro profesor de Lengua decidió proyectar una vieja película, “El club de los poetas muertos”. Creí que aquello iba a ser una ocasión de oro para disfrutar de una excelente siesta, pero me llevé una alegría con el largometraje, ya que cuenta la vida académica de un chico de mis mismos años, que sufre la presión de su padre para que, una vez acabe la secundaria, estudie cierta carrera universitaria sin tener en cuenta la vocación académica del muchacho, que cuenta únicamente con el ánimo de su maestro. Y aunque pude comprender que al final de la historia la imprudencia le llevó al peor de los fracasos –por haber ignorando los ánimos acompañados de sensatez que le ofreció su profesor de Literatura, alguien con mayor experiencia en vida–, comprendí que la narración de la película trata una situación similar a la mía.

He llegado a la conclusión de que debo “ser yo mismo”, que es el eslogan más apropiado para resumir mi pensamiento. Esta sencilla frase resume lo que otros no comprenden: que es preferible fracasar en la aventura de trazar un camino propio que a alcanzar el éxito por un sendero al que hemos sido arrastrados.