XV Edición

Curso 2018 - 2019    

Alejandro Quintana

La media naranja

Irene Beltrán, 15 años

  Colegio Vilavella (Valencia)

Hay veces que no hay un porqué y otras en las que no es oro todo lo que reluce.

Otras, la media naranja quiere permanecer soltera o se ha enamorado de una manzana. Incluso prefiere vivir sin buscar a su otra mitad porque el camino no está en el mapa, pero el tesoro sí.

Hay ocasiones en las que, al pasar la noche en blanco, lo ves todo negro y, aún así, consigues dormirte tras tomarte un té. O un café.

Y puede parecer que has metido la pata, pero en verdad no hay ningún agujero negro en el que tropezar, por lo que el accidente se queda en un futuro improbablemente perfecto.

Porque las cosas no son siempre lo que parecen.

Tal vez no puedas poner buena cara cuando hace un mal día, porque no todo es color de rosa: hay rojos, grises y miradas daltónicas. Quizás el buen entendedor necesite muchas palabras porque sea ciego de oído o porque las palabras eran necias, y necesitaba hacer oídos sordos.

A lo mejor un vaso de agua es más profundo de lo que parece, pues no hace falta que esté ni medio lleno ni medio vacío, sino en su punto medio, allí donde te puedes ahogar sin necesidad de que te digan nada.

Hay tragedias a las que se presenta un bufón con el que te ríes. Pero, ¡cuidado!... Reírse de las desgracias ajenas puede ser peligroso para tu salud.

Prefiero las comedias en las que se mueren todos. Eso sí, en el circo y mientras contaban chistes rodeados de payasos.

Algún día te encontrarás con que la manzana no es de oro sino de plata. Descubrirás entonces que lo que te dijeron de pequeño algunas veces fue mentira, como que la dichosa media naranja tiene que encontrar, como sea, a su mitad.